martes, 2 de febrero de 2010

Deterioro de las Cuencas:

CUENCA DEL ORINOCO

CUENCA DEL GUARICO


¿Un Problema Irremediable?
La degradación y deterioro de las cuencas hidrográficas es uno de los problemas ambientales de mayor significación que enfrentan los países en el mundo. En particular, la degradación de los suelos está contribuyendo al estancamiento de extensas áreas potencialmente agrícolas, cuya vulnerabilidad se incrementa a medida que se intensifica el uso de la tierra por actividades agrícolas y otros usos del territorio.

Sobre este particular destaca el Banco Mundial (1992: 6) " (...) las pérdidas de potencial productivo atribuibles al agotamiento de los suelos puede alcanzar anualmente un 0,5% a 1,5% del PBI en algunos países". En este sentido, resulta bastante comprometedor estas estimaciones señaladas por el Banco Mundial (BM), especialmente en países con base económica agrícola, en donde la pobreza, el desempleo y las malas condiciones de salud y saneamiento son problemas generalizados.
Como resultado de esta problemática de erosión y deterioro de las cuencas. la Declaración de Río Sobre el Ambiente y el Desarrollo es precisa al destacar entre uno de sus principios lo siguiente: el derecho de los seres humanos a una vida saludable y productiva en armonía con la naturaleza; el deber de los Estados de utilizar un criterio de precaución para la protección del ambiente sin que aluda a la falta de certeza científica para postergar la adopción de medidas eficaces en función de los costos a fin de impedir la degradación del ambiente cuando haya peligro de daño grave o irreversible.
Con relación a estos principios, el Programa 21 fija las pautas sobre el desarrollo sustentable de zonas de montaña, en este sentido establece en su capítulo 13 que " Las montañas son una fuente importante de agua, energía y diversidad biológica (...) Son susceptibles de erosión acelerada de los suelos, desprendimiento de tierra y un rápido empobrecimiento de la diversidad genética y del hábitat (...)." En este orden de ideas , incluye dos esferas de programas:

  • Generación y consolidación de conocimientos sobre la ecología y el desarrollo sustentable de los ecosistemas de montañas.

  • Promoción del aprovechamiento integrado de las cuencas hidrográficas y de otros medios de vida.
Sobre esta última esfera de programas deseo realizar algunas consideraciones en cuanto a la interrogante presentada como título de este artículo, y en particular sobre la experiencia venezolana:

En función a lo señalado por la Agenda 21 sobre esta esfera de programa, es preciso destacar que el 10% de la población mundial vive en las zonas de laderas altas de las montañas y el 40% ocupa las zonas adyacentes de las cuencas bajas y medias. En Venezuela según información del Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (MARNR. 1992: 85): "Actualmente, la población asentada en los tramos altos de las cuencas, al norte del río Orinoco, representa el 30% de la población total del país (7.300.396 millones de habitantes, según estimaciones a 1999 de la Oficina Central de Estadística e Información): la superficie de esos tramos altos de las cuencas corresponden aproximadamente al 14.5% del territorio nacional (unos 132.000 Km²) y su importancia se pone de manifiesto en que esos tramos generan un potencial hidráulico con fines múltiples."
Sin embargo, de este potencial hidráulico depende una infraestructura hidráulica de gran importancia para el desarrollo de las diversas actividades que los Venezolanos realizamos; siendo así que dicha infraestructura está constituida por más de 100 presas o embalses, de las cuales existen cinco (5) hidroeléctricas, cuarenta y siete (47) para abastecimiento de agua urbana, veintinueve (29) para riego y dieciocho (18) para usos múltiples, que están siendo seriamente afectadas por la erosión y la sedimentación originada en el mal uso de la tierra con fines económicos de producción y el cual a su vez, es consecuencia entre otros de una falta de aplicación de planes de ordenación y manejo, de vigilancia y control y educación ambiental.

En cuanto a los problemas de conservación, es preciso señalar que no escapa de la problemática ambiental al principio esgrimida; en este sentido, el régimen de escorrentía en las cuencas hidrográficas Venezolanas produce constantemente, en mayor o menor grado, fenómenos de erosión natural, deterioro de los suelos, alteración del régimen hidráulico y el aumento del transporte de sólidos en suspensión, todo esto debido a la fuerte intervención antrópica incontrolada de las laderas mas inclinadas y frágiles geológicamente que aceleran la consiguiente formación de cárcavas.

Ante este escenario que presenta Venezuela en relación a las cuencas, es propicio formularse las siguientes interrogantes:
¿Es realmente una situación compleja los problemas socio-ambientales que se presentan en las cuencas?
¿Cuál es el rol de las instituciones involucradas para encarar la conservación y manejo de las cuencas hidrográficas?
Pues bien, estas y otras interrogantes son válidas ya que se requiere una mayor contundencia para responderlas; no obstante, es preciso destacar que en Venezuela, a través del Ministerio del Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (MARNR) durante las últimas tres décadas ha comprometido su pensamiento y acción con el movimiento ambientalista mundial y regional.
En este sentido, ha seguido con algunas fallas o debilidades un programa orientado a la conservación y manejo integrado de cuencas hidrográficas prioritarias, siguiendo los lineamientos del capítulo 13 de la Agenda 21 de la Conferencia de las Naciones Unidas Sobre el Ambiente y el Desarrollo.
El mencionado programa forma parte de la política de apoyo al desarrollo para el mejoramiento de las condiciones de vida, en especial, de grupos de población desfavorecidos asentados en regiones rurales. A pesar de los grandes esfuerzos y gastos, en Venezuela todavía no se ha logrado un proceso de desarrollo social y económico cónsono con las nuevas realidades, asociado al aprovechamiento localmente apropiado de las potencialidades naturales, humanas y técnicas que identifican y caracterizan la dinámica de una cuenca hidrográfica. No obstante, se evidencian algunas acciones que en parte contribuyen a que el deterioro de las cuencas no se convierta en un problema irremediable.
En efecto, se han iniciado algunas acciones tendentes a evitar el progresivo deterioro de importantes cuencas hidrográficas, considerando entre otras como áreas de estudio las siguientes: río Hueque, con una superficie de 4.080 Km². situado en la parte oriental del Estado Falcón; río Uribante, ocupa una superficie de 5.000 Km² aproximadamente, localizándose en al región suroeste de los Andes venezolanos; ríos Carinicuao y Manzanare, con una superficie de aproximadamente 2.500 Km² en el Estado Sucre.
Con relación a este programa el balance hasta 1998 (estimándose su culminación a mediados de 1999) arroja entre otros, los siguientes resultados:

  1. Definición de estrategias de integración alrededor de los planes en formulación, mediante la concertación de las capacidades de organismos locales y regionales, públicos y privados con injerencia directa en la conservación de tales cuencas.

  2. Existe un creciente interés manifiesto por las instituciones para la coordinación y movilización de capacidades, en torno a objetivos y metas comunes.

  3. Definiciones de indicadores de sustentabilidad para la validación de las propuestas (programas y proyectos contenidos en los planes) para el desarrollo de actividades en las áreas relacionadas.

  4. Concertación interinstitucional que se estima facilite un amplio espacio de integración entre los organismo de las de nuestro país involucradas.

Finalmente, al considerar la experiencia iniciada en Venezuela y posiblemente otras a nivel latinoamericano, se puede asumir una posición optimista en cuanto que el deterioro de las cuencas hidrográficas no es un problema irremediable, por el contrario, existen mecanismos técnicos e institucionales en cada uno de los países de Latinoamérica capaces de enfrentar ese acelerado deterioro de nuestras cuencas hidrográficas de tal forma de orientar el anhelado desarrollo sustentable de nuestra sociedad.

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